El camino más noble no es someter a los demás, sino perfeccionarse a uno mismo

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Sócrates nos ilustra con esta sentencia la necesidad imperiosa que tenemos como individuos de nuestra sociedad el hecho de mejorar nosotros mismos y olvidarnos de intentar hacer mejores a los otros.

¿Y esto como lo conseguimos? Pues muy sencillo. Con el arte de la autocrítica. Conociendo nuestros puntos débiles y nuestras fortalezas. Analizándonos a nosotros mismos sin temores.