Ayer se cumplieron 80 años del fin de una de las realidades más atroces y vergonzosas de la historia de la humanidad: el fin del campo de extermininio de Auschwitz.
Vi por los medios hablar una de las últimas víctimas supervivientes y que señalaba que el siglo XX ha sido una de las épocas más crueles en la humanidad. Y creo que no le falta la razón.
En estos últimos cien años hemos sido testigos de grandes avances de la humanidad. Sin duda. Pero la otra cara de la moneda también hemos visto como se cometían y se cometen injusticias violentas sin parangón.
La energía nuclear se ha utilizado como arma de destrucción masiva. Las luchas violentas bajo excusas de religiones son tremendas. Guerras balcánicas. Gaza, crisis migratorias con miles de desparecidos, conflictos armados desconocidos y muy cruentos en países africanos… nos deberían hacer pensar que el progreso no va ligado en una mejora de la paz entre la humanidad.
Mientras haya injusticia no habrá paz. Y parece ser que estamos aun muy lejos de paliar las diferencias entre la humanidad. No nos dejemos vencer por el pesimismo. Empecemos desde nuestro alrededor. Seamos justos y procuremos el bien de nuestras personas cercanas.
Todavía tengo fe en la humanidad.
