Pensar. Palabra de sobras conocida, y sin embargo escasamente llevado a practicar en nuestra sociedad actual.
Si buscamos en su etimología la palabra viene del verbo latino «pensare», que ejerce como sinónimo de “pensar”, y el verbo griego «krinein», que puede traducirse como “decidir” o “separar”, son los dos vocablos que muestran el origen etimológico.
Y a pesar de que Descartes nos regala esta frase, insisto que el pensar está devaluado. Tanto en nuestro día a día como en las grandes opciones. La sociedad es más instintiva, y menos reflexiva.